Las Comunas que ya no existen
Han de saber – estimadas y estimados amigos – que el tiempo no perdona, éste pasa raudo tanto para la gente como para todo aquello que esta edifica y/o construye y este vasto desierto – en el que moramos – es un fiel testigo de eso, de como un día cualquiera se establecieron los pilares de un nuevo asentamiento y de una nueva familia, y de cómo, con el tiempo, este espacio creció dando a entender que durarían eternamente, tanto la descendencia como sus estructuras, pero al poco transcurrir todo volvió al silencio. Los forjadores quedaron (en gran número) adornando el descampado con sus cruces ya deterioradas y sus tumbas abiertas, a merced del sol perpetuo y lo que construyeron, poco a poco se va perdiendo, vandalizado, cubierto con la arena y el olvido.
Ahora bien. Son muchos los poblados que se han perdido en la historia sin mencionar o hacer referencia a las oficinas salitreras:
Caracoles, Punta Rieles, Placilla, Banco Drummond, Pampa Unión, Santa Rosa de Michilla, Esmeralda, Cachinales de la Sierra, etc. Más, hubo tres enclaves – en este norte – que tuvieron el carácter de comuna, es decir, contaron con autoridades (alcaldes). Eso significa que tuvieron una gran población, hubo un ordenamiento y su destino era muy distinto al que vemos en la actualidad.
Hablamos de las Comunas de Aguas Blancas, Toco y Catalina, lugares desconocidos para la gran mayoría, pero que traemos al presente y al recuerdo, en este breve escrito.
No debe haber tristeza en el recuerdo. Mientras estos lugares sean visitados permanecerán vívidos en todos nosotros, ya que forman parte del legado de nuestros ancestros y de nuestro patrimonio.
Como llegamos a esta historia
Pues bien. Leyendo y/o analizando un maravilloso escrito (que encontramos en la red), que habla sobre la migración boliviana a fines de los 1800 y principios de los 1900 en nuestra región, asomaron ciertos nombres que llamaron nuestra atención.
El texto dice lo siguiente:
“Si nos acercamos a los pormenores de la diseminación de la inmigración boliviana en la Provincia de Antofagasta en 1930 tenemos:”
Comuna de Tocopilla: 88
Comuna del Toco: 552
Comuna de Calama: 2.730
Comuna de Antofagasta: 266
Comuna de Aguas Blancas: 14
Comuna de Mejillones: 16
Comuna de Sierra Gorda: 1.635
Comuna de Taltal: 4
Comuna de Catalina: 10
“Resultados del X Censo de la Población efectuado el 27 de noviembre de 1930 y estadísticas comparativas con censos anteriores, Imprenta Universo, 1931, págs.167, 183-186 y 197.”
Hasta aquí – sobre lo citado – nada llamaría nuestra atención, salvo 3 puntos que resaltamos.
Las Comunas del Toco, Catalina y Aguas Blancas que ya no existen.
Comuna de El Toco
Sabíamos de la existencia de un poblado con dicho nombre, de El Toco. sabemos dónde se asentaba (hemos estado allí, en sus ruinas y vestigios), pero no sabíamos que tuviese la condición de comuna.
El Toco, denominada también Santa Fe del Toco (en honor a su salitrera) fue una de las comunas que integró el antiguo departamento de Tocopilla, en la provincia de Antofagasta, su capital era la Oficina de Santa Fe del Toco.
En 1930, de acuerdo al censo de ese año, la comuna tenía una población de 8427 habitantes. Su territorio fue organizado por decreto del 15 de enero de 1894, a partir del territorio de la subdelegación 3° El Toco. Tras ser suprimida en 1895, vuelve a ser creada en 1927 y mantiene vigencia hasta 1979.
Algo de historia:
El Nacimiento del poblado de El Toco
La región salitrera del Toco, al igual que sus vecinos tarapaqueños, no escapó a la creación de poblados a pesar de la enconada negativa de los salitreros para que éstos se formaran. Las razones del rechazo, de acuerdo a las fuentes consultadas, se relaciona siempre con la convicción de que en estos lugares el vicio, principalmente el alcohol y el juego, transformaban al pampino en un trabajador descuidado, lento y, en no pocas ocasiones, se vinculaba al pueblo con el lugar donde recibían la influencia nefasta de los agitadores. Por su parte, los pequeños comerciantes, los parlamentarios, los que buscaban trabajo y algunos funcionarios del gobierno central, sostendrían una dura batalla para conseguir que este pueblo se instalara, más aún, que se reconociese su existencia, toda vez que los datos encontrados permiten afirmar que este pueblo ya existía antes de su creación “oficial”.
Ahora bien, cuando se habla de la instalación de un pueblo nos referimos, en un primer momento, a que simplemente algún representante de los municipios o del gobierno autorizó a los particulares para ocupar determinado número de metros de terreno.
Cuando el salitre vino a menos, los ocupantes desarmaron sus casas – todas de madera–, se llevaron los palos o los vendieron en el mismo sitio. Solo quedaron los muertos como testimonio de su existencia.
Para saber algo más
El Cantón Toco
https://caminantesdeldesierto.blogspot.com/2024/02/el-canton-toco.html
La Comuna de Agua Blancas:
La historia (difusa) hace mención a dicha comuna. Fue una de las comunas que integró el antiguo departamento de Antofagasta, en la provincia de Antofagasta, más la historia no hace referencia alguna sobre el lugar donde se encontraba la capital comunal y si tuvo edificio consistorial, no hay detalles sobre sus regentes (alcaldes y regidores) solo es una nebulosa en la historia, una comuna que llegó a contar con una población de 1443 habitantes de acuerdo con el censo de 1930.
Su territorio fue organizado por Decreto con Fuerza de Ley N.º 8.583 del 30 de diciembre de 1927, a partir del territorio de la subdelegación 4° Aguas Blancas.
Posteriormente, el 26 de octubre de 1979 y mediante el Decreto Ley N.º 2.868, como parte del proceso de regionalización, se suprimió dicha comuna.
Para saber algo más
Cantón Aguas Blancas, Yungay el pueblo del General:
https://caminantesdeldesierto.blogspot.com/2024/01/yungay-el-pueblo-del-general.html
Comuna de Catalina:
Catalina (en algunas publicaciones, Santa Catalina o Santa Catalina del Norte) fue una antigua localidad ubicada en el actual territorio de la comuna de Taltal, Región de Antofagasta.
Originalmente fue una oficina salitrera que tuvo su apogeo durante la época de oro de explotación de nitratos, ocurrida entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Catalina fue una de las oficinas de mayor relevancia de la zona sur de explotación, sirviendo a varias otras oficinas salitreras de la zona al interior de Taltal. En 1920, Catalina contaba con 412 habitantes.
La estación de ferrocarriles de Catalina (hacia el sur del poblado) se ubicaba sobre la línea longitudinal que conectaba todo el norte de Chile, desde Iquique hasta Santiago. Dicha estación servía, así como conexión con el ramal hacia Taltal y otras oficinas del sector, tales como Refresco o Cachinal. Catalina contaba, además, con una maestranza de ferrocarriles.
Cuando la industria del salitre comenzó su declive y muchas oficinas cercanas cerraron, Catalina aumentó levemente su población llegando a los 926 habitantes en el censo de 1940. Sin embargo, la migración de los antiguos mineros hacia otros centros urbanos en busca de oportunidades de trabajo llevó a un dramático descenso, llegando a apenas 205 habitantes en 1950.
Catalina fue cabecera de la comuna del mismo nombre, perteneciente al Departamento de Taltal. Con la regionalización del país en 1979, el Departamento de Taltal desapareció. Las dos comunas que formaban el territorio se fundieron dando lugar a la actual comuna de Taltal.
En la actualidad, el poblado se encuentra totalmente en ruinas, quedando únicamente algunos vestigios de lo que fueron la plaza central, la maestranza de ferrocarriles y algunas otras estructuras.
En Tierras Blancas de Sed
En tierras blancas de sed
partidas de abrasamiento,
los Cristos llamados cactus
vigilan desde lo eterno.
Soledades, soledades,
desatados peladeros.
La tierra crispada y seca
se aparea con sus muertos,
y el espino y el espino
braceando su desespero,
y el chañar cociendo el fruto
al sol que se lo arde entero.
Gabriela Mistral










